Pitido, hoy parece necesario aclararlo, de las viejas locomotoras a vapor.

Eran luchadores vencidos, eslabones dispersos de antiguos trenes, comparsas dóciles de viejas locomotoras ya apagadas.

Pero los raíles proseguían como si hubieran sido concebidos para arrojar al agua a las viejas locomotoras.

Ahora viene una vieja columna que sostiene la vieja manguera de cargar agua en las viejas locomotoras de vapor.

Solo echó a faltar las viejas locomotoras de vapor rebufando en los andenes, y sus silbidos estridentes antes de partir.

A veces Jeremy lo comparaba con un horno que podía quemar perritos calientes y palomitas como las viejas locomotoras quemaban carbón.

Nota relacionada: Muelle La Victoria, sitio histórico que lucha contra olvido Puerto Casado 1.jpeg Las viejas locomotoras oxidadas en un predio privado.

Se ven máquinas fuera de uso, viejas locomotoras ya jubiladas, que semejan caballos muertos en la batalla y puestos a secar al sol.

Rudy había conducido las viejas locomotoras a vapor de dieciocho ruedas por las llanuras, transportando leña a Grand Forks y potasio a Kansas.

Hoy en día, la gente parecía guardarles rencor a las compañías ferroviarias por haber abandonado las viejas locomotoras de vapor en favor del diesel.

Masas nebulosas de arena ascendían elevadas por la corriente hasta la atmósfera abrasadora, como la estela humeante de una de esas viejas locomotoras del Oeste.

El humo, espeso y graso, como el que sale de las viejas locomotoras en reposo, se dejaba cortar por los mordiscos reiterados de las paletas.

Viejas locomotoras van, nuevas locomotoras vienen con su carga de tezontle: lava espumosa para fabricar concreto ligero.

Viejas locomotoras y vagones quedaron ahí para siempre, con sus esqueletos oxidados, y son tan llamativos que se han convertido en todo un reclamo turístico.