La verdad es que añoro a mi viejo cartero de uniforme azul.

El viejo cartero y pescador tenía el cuerpo envarado por el lumbago.

El viejo cartero miraba a su alrededor con ojos asustados y confusos.

Con todo, una vez más el viejo cartero y pescador había tenido razón.

Mientras regresaba por la carretera me encontré a un viejo cartero.

La atendía Campos, un viejo cartero retirado, uno de los más antiguos habitantes de Zyl.

Lo primero que le vino a la cabeza fueron los correosos bronquios del viejo cartero.

De las afirmaciones que había hecho el viejo cartero y pescador siempre había faltado una por confirmar.

La casa del viejo cartero era la más cercana a la comisaría y había oído el tiroteo.

El viejo cartero señaló el resplandor azul.

Pero el niño solo sabe que el viejo cartero está enfermo y necesita su caballo de relevo.

Los labios azulados del viejo cartero se cerraron sobre la boquilla metálica y Barney volvió a ponerle el oxígeno.

Era el viejo cartero.

Cuando vio al viejo cartero titubeando ante la puerta, su mundo se deslizó en silencio hacia las largas sombras del desconsuelo.

Los viejos carteros lo estaban llevando al vestíbulo.

-Algunasmujeres, Robin -respondióel viejo cartero, que se había puesto derecho por fin.