Había niños que bailaban en ronda y que cantaban con voz diáfana.

Thorgrim habló en alto, con la voz diáfana de un bardo:

Le faltaban varios dientes ya, pero tenía una voz diáfana y excelentemente modulada.

Escuchando aquella voz diáfana pero tensa a la vez, Abel perdió el conocimiento.

Comprendió que era Saqri, cantando con una voz diáfana que vibraba como plata batida.

Uno era joven, con barba negra y voz diáfana.

Pero su espíritu está presente en su obra literaria y en su voz diáfana y sencilla.

Declamaba algo para sí misma de manera monótona, pero, poco después, lo recitó con voz diáfana:

Aun si partíamos una rama o hablábamos en voz diáfana, había allí demasiada actividad para que nos oyeran.

Habló con voz diáfana y ligera.

Era la voz diáfana de Heraclea.

Tenía una voz diáfana, hablaba bien.

Cuando habló de nuevo, se había convertido en el profesor que ambos conocían, de voz diáfana, grave, asombrosamente bella.

Enunció tan formal solicitud un joven oficial, de voz diáfana y cortés, que poco antes había entrado de servicio.

Y entre todos esos sonidos, también oyó la voz de Maya, una voz diáfana y sonora exultante de alegría:

Y cuando llega la respuesta de su voz diáfana y metálica grabada en la máquina, sé lo que es.