John se acordaba de Eridanus II; vagamente recordaba que había sido su hogar.

Tiempo estimado de llegada a Eridanus: cuarenta y dos minutos y tres segundos.

Era una de las muchas unidades que servían en Epsilon Eridanus.

Tienen una nueva misión: una base insurgente del sistema Eridanus.

En cuarenta y cinco minutos entraremos en el espacio normal, cerca del sistema Eridanus.

Gersen señaló Achernar, en el nacimiento del río Eridanus.

Los dejaremos en los muelles de Eridanus II.

Estaba en Eridanus II, la colonia donde había nacido, destruida hacía mucho tiempo por el Covenant.

El Covenant llegó, incendió Eridanus y las otras Colonias Exteriores, y siguió adelante sin ni siquiera pestañear.

Pero en su actual estado de embriaguez, cualquier cosa sonaba mejor que ser embarcado de vuelta a Epsilon Eridanus.

Los espacios vacíos entre las constelaciones de las dos Aguas y Eridanus iba a ser el emplazamiento astrológico de Asinita.

Ella sabía más que él, mucho más, acerca del sistema Eridanus, y resultaba obvio que tenía contactos dentro del ámbito de Inteligencia.

Daban un reportaje sobre recientes ataques Innies en Epsilon Eridanus: una serie de atentados con bombas que habían matado a miles de civiles.

A los pies de Orión corre el río Eridanus como si brotara de la estrella Achernar, una herida de luz en el cielo del Sur.

Eridanus resplandecía en el centro de una pantalla; las estrellas brillaban, estables.

Eridanus apareció en el centro de la pantalla e inundó el puente con una cálida luz anaranjada.