También su hábil y complicado resto era motivo de orgullo para Angelica.

Existe un testamento a favor de Angelica Senes del que nada sabíamos.

Ninguno de los presentes había imaginado tanta arrogancia por parte de Angelica.

Angelica se rio y por fin comprendió que había encontrado el camino.

Angelica abrió mucho los ojos y apoyó ambas manos sobre la mesa.

Angelica se apretó el móvil contra el oído, y lo oyó claramente.

Ahora Angelica y Francesco hablaban entre ellos, y yo, naturalmente, estaba excluido.

Como tantas adolescentes de París, Angelica encontraba atractivos a los hombres mayores.

Gracias a Oddone y a Teresa, y a Silvia y a Angelica.

Él miró hacia el mar y luego llevó los ojos hacia Angelica.

Angelica sirvió dos tazas de café y se sentó frente al comisario.

Al parecer, lo había visto con Angelica y no le había gustado.

Lance, Angelica, Fern, yo y Todd seguimos a Axel, en este orden.

Angelica daba mucha importancia al ambiente, y pobre del que lo estropease.

Arruinó a decenas de familias, incluidas la de Angelica y la mía.

Y se habló de otra cosa, es decir se habló de Angelica.