1
Bernstein, el banquero suizo, se lo había dicho de una forma escueta:
2
Ni siquiera un banquero suizo puede vivir en una cámara acorazada.
3
Pero, como corresponde a todo buen banquero suizo, atendió la llamada.
4
El banquero suizo hizo una pausa y miró a los presentes.
5
Charlar con la mujer del banquero suizo iba a ser un momento apasionante.
6
El banquero suizo se levantó cuando él entró en la sala.
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El banquero suizo dirigió una mirada de súplica a Shelby Somerset.
8
La vida de un típico banquero suizo ya no es la de antes.
9
Alex se había casado con un banquero suizo nada más terminar los estudios universitarios.
10
Uno le dice eso a un banquero suizo y estalla.
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El banquero suizo ni siquiera había parpadeado al ver la maleta llena de dinero.
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El banquero suizo paró de hablar, como si estuviera ofendido.
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Si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás.
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El pequeño banquero suizo lo acompañó hasta la puerta y le deseó buenas noches.
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El banquero suizo se desplomó al instante, muerto, con un agujero en la cabeza.
16
Afortunadamente, el banquero suizo aún no se había marchado.
