En eso, de un bohíocercano alguien gritó que Joquito llegaba.
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Y se marcha, acompañado de la Lucinda y el Adán, corriendo hacia su bohíocercano.
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Lo llevaron en brazos, desafiando los disparos de la infantería y de los obuses, hacia un bohíocercano.
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De pronto descubrí que en el bohíocercano a mis posiciones había otro soldado que trataba de esconderse del fuego.
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Acaso los había visto desde lejos, cuando se deslizaban por detrás de los bohíoscercanos al fuerte.
6
Gracias a estas salidas conseguían víveres, arrebatando cuanto encontraban en los bohíoscercanos o en los techos de ramaje bajo los cuales vivían los sitiadores.
7
Desde el amanecer escapaba a los bohíoscercanos, en burro o a pie, cogiendo sobre mi piel reciente todos los soles de caminos y ríos.