El esmog (adaptación fonética del acrónimo smog, que deriva de las palabras inglesas smoke —'humo'— y fog —'niebla'—), también conocido por el calco «neblumo» o «niebla contaminante», es una forma de contaminación originada a partir de la combinación del aire con contaminantes durante un largo período de altas presiones (anticiclón), que provoca el estancamiento del aire y, por lo tanto, la permanencia de ellos en la troposfera y a veces, en la estratosfera, debido a su mayor densidad.
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Todos serán resistentes a la acción del esmog y otros agentes naturales.
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Porque no solo hay contaminación por ruido y esmog, sin también visual.
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Y en ese trayecto, bajo el esmog porteño, caminamos los tres juntos.
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Ya puedo imaginar el ruido y el esmog que va a haber.
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Y el pabellón italiano, producido por Nemesi, consume esmog como fuente de energía.
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El smog se está desplazando desde China a Seúl, la capital surcoreana.
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Los pobres se quedan pululando en el centro, nimbados por el smog.
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Iván intoxicado por el smog de la capital, con abstinencia del río.
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El smog de la tarde empezaba a disiparse en el crepúsculo primaveral.
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El ser bonita constituía, como el smog y la pobreza, un inconveniente.
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Causa pavor observar la niebla tóxica que flota encima de las ciudades.
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Estaba de mal humor, y no era solo por la niebla tóxica.
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La niebla tóxica de aquella noche era tan densa como el rococemento.
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En lugar de niebla tóxica, corrupción y fealdad, veo esplendor, libertad y tolerancia.
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A pesar de que no hay coches, continúa la niebla tóxica.