Yacería casi incorpórea, ya ni ser humano, reducida solo a una sombra.

Con su espíritu pulido por la melancolía, se sentía liviana, casi incorpórea.

Presionaba sus sentidos hasta dejarla casi sorda, casi ciega, casi incorpórea.

Esta niña era tan nueva, tan fresca, que parecía casi incorpórea.

A su lado, con mi gabardina color gris neblina, me sentía casi incorpórea.

Su prima Hannah no era desagradable; de hecho, a Ruby le parecía casi incorpórea.

Permanecía muy erguida en el asiento, casi incorpórea en su inmovilidad, cansada y pesarosa.

Amanda se sintió mareada, casi incorpórea, mientras balbuceaba:

Se sentía alejada de todo, espectral, casi incorpórea.

Abajo el lago resplandece con manchas aceitosas, en lo alto cualquier cosa se vuelve evanescente y casi incorpórea.

Se sentía ligera, casi incorpórea.

Mi tentación, por el contrario, se presentaba en forma casi incorpórea y mantenía a distancia a las víctimas de mi juego.

En el talud calizo iluminado por las fogatas que bogaban a la deriva, ella misma era una pequeña deidad casi incorpórea, irreal.

La cabeza está como "separada" del cuerpo, casi incorpórea -tal como la ha fijado sobre la Sábana la tensión del lienzo-.

Sintiéndose ausente, casi incorpórea, se aproxima a Rashid y estrecha su mano, de hecho se presenta a sí misma, pronunciando lentamente su nombre.

La figura de la derecha era una dama casi incorpórea (como la estatuilla), con los pechos y el vientre velados por una franja celeste.