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Inglaterra decidió premiar a quien pudiera crear un cronómetromarino confiable.
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Bundy agarró el cronómetromarino y el sextante, y encontró tiempo para informar:
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Usaba un reloj pulsera de aspecto militar, que parecía más bien un cronómetromarino.
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Lo ganaría, pero muchos años más tarde, en 1773, John Harrison, inventor del cronómetromarino.
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No hubo ningún fin en esta disputa, porque ni Hooke ni Huygens produjeron un verdadero cronómetromarino.
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La invención del cronómetromarino
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Parecían colocados para que se vieran bien, aunque eran todo baratijas: un cronómetromarino con las manecillas estropeadas, un hormiguero olvidadísimo, combado y mohoso.
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Ya no teníais cronómetrosmarinos a bordo, no os llegaba para tanto.
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Por 1660, Huygens había completado no uno, sino dos cronómetrosmarinos basados en sus principios.
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Mientras tanto en Inglaterra hubo un movimiento concertado para simplificar los cronómetrosmarinos y abaratarlos para el navegante ordinario.
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Lo comprobó todo, pero lo más interesante que halló fue un juego de cronómetrosmarinos que la armada ya había pagado.