Y en mi anhelo de liberación, naturalmente, me desentendí de los estudios.

Me desentendí de todo lo demás: del mundo y de sus vanidades.

Simplemente, me fui a estudiar a Madrid y me desentendí de todo.

Cuando Zophiel amenazó con azotarlo, me suplicó ayuda y yo me desentendí.

Me desentendí de lo que pudiera pasarle a otro con mis uñas.

Pero también me desentendí porque, aquí entre nosotros, era un poco cantamañanas.

Lo metí en ese coche de mierda y me desentendí de él.

Tengo que reconocer que en aquel momento me desentendí del caso.

Me desentendí del segundo y en cambio cerré el ascensor con mucha concentración.

Me desentendí del libro incluso antes de terminar la primera página.

Me desentendí del campamento y de la bajada: estaba demasiado lejos.

Me desentendí de sus lamentaciones para estudiar a fondo el menú.

Yo no me desentendí de la propiedad, sino que la defendí.

Me desentendí de todo aquello y seguí jugando a mi manera.

Me desentendí de ella con tanta hosquedad que no se atrevió a rechistar.

Yo, a partir de entonces, me desentendí bastante de sus ocupaciones.