Irigor era habitualmente el que iniciaba las alusiones en su contra y Carlos empezaba a sentir una especial tirria por él.

Por el dormitorio sentía especial tirria, con aquellas paredes rosas y las falsas antiguallas que tenían por muebles, todo al gusto de Pam.

Marie le tenía especial tirria a Berthe, porque de todos nosotros se sentía la peor tratada como pobre diablo y pariente sin fortuna.