Alek deslizó su mano derecha dentro del guante de metal y cerró el puño.

Morgassa intentó agarrárselo con la mano libre, pero el guante de metal lo atravesaba.

Parecía grande, vestía de cuero, un guante de metal con clavos y dientes afilados.

En el carro quirúrgico había un brazo, todavía enfundado en su largo guante de metal.

Vio una inmensa mano con guante de metal que se extendía y le hacía señas.

McTell flotó obedientemente tras ella y vio que estaba enfundada en un pesado guante de metal.

Había enfundado las espadas tras acabar con Kor'be y en aquel momento sacó un guante de metal.

Una enorme mano enfundada en un guante de metal gris descendió dolorosamente sobre el hombro de Zo.

Era como un guante de metal.

Priad dobló los largos dedos segmentados del guante de metal y observó como las chispas azules crepitaban dedo a dedo.

Guantes de metal tiraron de aquellos labios repletos de bultos y protuberancias.

Cogió un par de guanteletes y deslizó sus delicadas manos en los guantes de metal.

Los guantes de metal crepitaron en las manos de Alek y una fuerza invisible pareció cerrarse alrededor de su pecho.

¿Por qué tenía que agarrarse a la roca con las uñas si llevaba los guantes de metal?