Esta interrogación es la que Descartes se hace bajo el ropaje dialéctico de la hipótesis del genio maligno.

Repárese en que la hipótesis del genio maligno necesita, para ser destruida, la demostración de la existencia de Dios.

Dicho de otra forma: Dios es la realidad cierta que desmiente los efectos devastadores introducidos por la hipótesis del genio maligno.

Una explicación darwinista de la percepción visual implica que nos da información acerca del mundo externo y que la hipótesis del genio maligno es falsa.

Como caso límite, supongamos que alguien reflexione de la siguiente manera (de alguna forma, en la vena de la hipótesis del genio maligno de Descartes):