Usted, a su lado, es un polluelo, un cachorro, un jovencito imberbe.

No era un jovencito imberbe, sino un hombre hecho y derecho.

Lo digo así deliberadamente, porque entonces era yo un jovencito imberbe.

Un jovencito imberbe, moreno y pálido, la miraba con ojos ansiosos.

Un jovencito imberbe cantaba una dulce canción de Charles Trenet.

El guardia de la mesa de partes, un jovencito imberbe, le preguntó qué se le ofrecía.

Con deciros que ha nombrado corregente a ese jovencito imberbe llamado Smenkaré...

Por ejemplo, en la cerámica ática aparece a menudo un adulto barbado que regala una liebre a un jovencito imberbe.

Jamás viera nada tan blanco como aquel rostro; incluso los muertos tienen más colores en su cara que aquel jovencito imberbe.

Aún lo recordaba como un jovencito imberbe y, sin embargo, ya a punto de tomar una decisión de capital importancia para su vida.

A la legua se advertía que le molestaba la presencia de un jovencito imberbe que hacía chacota de la seriedad de la partida.

Le decía al oído cosas de enamorados, la besaba con ternura, se quedaba mirándola arrobado, con gratitud, como si fuera un jovencito imberbe.

El hallazgo del día fue un jovencito imberbe, de facciones pronunciadas, que recitó su alocución con un gruñido, lanzando medrosas miradas en derredor.

Con tan poco tiempo como nos queda, con tanto tiempo perdido en nuestras vidas, y yo lo estoy desperdiciando como si fuera un jovencito imberbe.

Saltó dentro del taxi siguiendo a ese jovencito imberbe al que Robert llamaba ayudante y se desplomó en el asiento, sacando la polvera del bolso.

Algunos eran viejos y famosos; otros, jovencitos imberbes.