En vano esperé, en aquella mañana radiante, la llamada del almuédano.

Hacía tanto oídos sordos a esos clamores como a la llamada del almuédano.

La llamada del almuédano a la oración interrumpió al niño.

Id a casa de mi tía Graci y esperadme hasta la llamada del almuédano.

Incluso llegó a encontrar tranquilizadora la llamada del almuédano.

Cuando la llamada del almuédano llegó a su fin, la casa cobró vida de nuevo.

Lejos, muy lejos, como si emanara de un sueño confuso, resuena la llamada del almuédano.

Incluso la lacerante llamada del almuédano parecía más depurada.

Los ecos de la llamada del almuédano ya no volverían a resonar en las colinas.

Para mí el sonido de la llamada del almuédano para rezar también es algo bonito.

Lo había oído esa tarde en el tono de la llamada del almuédano a la oración.

Por un instante le pareció oír la llamada del almuédano desde el pueblo de Bet Tzafafa.

A la llamada del almuédano, la tendera había empezado a cerrar las contraventanas preparándose para la oración.

De la capilla llegaba el sonido de los cánticos, y de la montaña, la llamada del almuédano.

Oigo la llamada del almuédano en la mezquita de los musulmanes;

Entonces oyó, amortiguada, la llamada del almuédano y enseguida se relajó con el pensamiento de que seguía vivo.