La masaescamosa tenía tanta mantequilla que parecía, en efecto, que se le fundía en la boca.
2
A medio camino, la masaescamosa de un pangelín salió de la alta hierba y rugió con furia.
3
En el cielo, por encima del valle, vieron volverse pesadamente, mientras emergía de entre dos amenazadores peñascos, la enorme masaescamosa de un dragón verde.