El aspecto general era el de quien ha pasado una noche tempestuosa.

Él había venido aquella noche tempestuosa para pedir información sobre la enferma.

Y, desde allí, ordena avanzar hacia Troyes en medio de una noche tempestuosa.

Rara vez lo pasamos tan bien como durante aquella noche tempestuosa y desapacible.

Sabía que ese terror no tenía nada que ver con la noche tempestuosa.

Era una noche tempestuosa, implacable, y no tenían ningún amigo a quien recurrir.

Volvió al anochecer, agitada como una noche tempestuosa, llorando y suspirando.

Esos ojos se abrían ante él, negros e insondables como una noche tempestuosa.

Las raíces de éste eran demasiado profundas para que una simple noche tempestuosa lo molestara.

A la noche tempestuosa había sucedido un día sereno.

Al fin pudo abrirla y lanzarse a todo correr en medio de la noche tempestuosa.

Truenos lejanos retumbaban por los pasos de montaña, prometiendo la llegada de una noche tempestuosa.

Dudo que el viejo apostara por una noche tempestuosa.

Las ideas más encontradas cruzaron por su espíritu con la rapidez de relámpagos en noche tempestuosa.

Que en una noche tempestuosa de diciembre de 1879 realizó una experiencia memorable en Asthon Manor.

Reía como un demente aquella noche tempestuosa perteneciente al invierno más crudo de los últimos años.