Tenía la sensación de que había docenas de orejas aguzadas a nuestro alrededor.

Por aquí anda todo el mundo con las orejas aguzadas y con cincuenta ojos.

Se encorvó sobre la silla, con las orejas aguzadas como las de un perro.

Sus poderosos músculos se marcan bajo el lustroso pelaje rojizo, las oscuras orejas aguzadas.

La casa parece ajena, parece haber sido violentada; están constantemente alerta, con las orejas aguzadas.

Los caballos estaban inquietos, con las orejas aguzadas.

Jenkins, con las orejas aguzadas, los observaba expectante.

Tenían las orejas aguzadas y observaban a su amo sin mover un músculo, ni uno solo.

El semental atado, con las orejas aguzadas siguiendo el rugido de la camioneta, arquea la cabeza.

Se detuvo a cuarenta pies de distancia y lo observó curiosamente, con las orejas aguzadas hacia adelante.

La princesa se volvió, ágil como una gran criatura cazadora, los ojos muy abiertos, las orejas aguzadas.

Se quedó allí un momento, olfateando el aire, con las orejas aguzadas por si captaba alguna señal preocupante.

A la mente de Zukor acude cierto hombrecito con las orejas aguzadas... Lo había conocido dos años atrás.

Junto a él, Cuervo había levantado la nariz, tenía las orejas aguzadas y sacudía la cola con nerviosismo.

Rosaleen se enderezó y volvió la cabeza, con las orejas aguzadas al oír que se hablaba de comida.

Tenía las orejas aguzadas y la nariz levantada al viento, y la brisa revolvía su lustroso pelo negro.