Partido en cuartos y esmeralda, con manchitas oscuras, parecía un pez abisal.

Ardió el calamar de la cetárea y el pez abisal se desentendió.

Mariana estiró la mano y sacó un pez abisal que le hizo una pregunta.

Cruzábamos los reinos del pez abisal y el pájaro acuático.

Stuart Dance sostenía un libro y estaba señalando una fotografía de un pez abisal que resplandecía.

Parecía un pez abisal condenado a las profundidades.

Como en un pez abisal, se podía apreciar la circulación de la sangre por sus venas.

Ya no parece tanto un jamón curado, sino más bien alguna clase de pez abisal ciego.

Tenía la boca inmensa, llena de dientes en fila como la mandíbula de algún pez abisal.

Debe de ser el nombre de este demonio con pinta de cruce entre dirigible y pez abisal.

Distinguí, a través del líquido nebuloso, la piel tierna de un pez abisal con alas de murciélago.

Dondequiera que volviera la cabeza, la lámpara solo mostraba el color gris muerto de un pez abisal.

El latido de la luz allí dentro, vivo como el corazón de un pez abisal, llamándolo sin remedio.

Pero, en mi opinión, más que a un chisme de ésos, una gárgola, se parece a un pez abisal.

Los ojos saltones del técnico de iluminación destacaban como los de un pez abisal que acabara de ser capturado.

Fue como la claridad para un pez abisal o la velocidad del sonido para la suave caída de una pluma.