El pirata berberisco planeaba un ataque sin parangón a las costas levantinas.

Eliseo Meifrén era tipo de pirata berberisco: pequeño, cetrino, con unas barbazas negras.

A tal punto, debía de considerar que yo era tan rico como un pirata berberisco.

Temía el ataque de algún pirata berberisco o renegado.

Allí no hay ningún barco pirata berberisco oculto.

Todos menos el avieso pirata berberisco, Luchalí, que consiguió escabullirse antes de que acabara la batalla.

A partir de este momento el gran pirata berberisco siempre contará con refuerzos militares turcos para sus correrías.

Parecía un pirata berberisco.

Era un hombre bajo, barbudo, con una cara de pirata berberisco, de un color bronceado, con rayas y vetas negruzcas.

Salió, pues, de Lepanto el pirata berberisco con dos galeras y comenzó a navegar cautelosamente en busca de la flota aliada.

Los franceses atacaron los Países Bajos y contaron con un fabuloso apoyo en su intento de tomar Niza: el temible pirata berberisco Barbarroja.

A medida que se distanciaban de Argel, la preocupación mayor fue no caer en manos de algún pirata berberisco que volviera a capturarlos.

Todo sucedió en lo que dura un parpadeo: con la hoja clavada en el cuello, el pirata berberisco se volvió y lanzó su cimitarra.

Cambiaremos el estandarte de la cristiandad por el de un pirata berberisco que, se supone, trae esclavos para el gran zoco de la capital turca.

Con diecinueve años ganó su primer combate naval contra los piratas berberiscos.

Sin embargo, los piratas berberiscos persistían en sus ataques a las costas españolas.