Comprendió que serías saltarín de toros y esperaba ser el último en reír.

Pero todo el mundo sabe que su padre fue un saltarín de toros.

A pesar de toda su destreza, nunca pasó de ser mediocre como saltarín de toros.

Dice que ese saltarín de toros era asirio.

Hazme saltarín de toros.

Con mucho la mejor de mis amantes en esa época y buena compañera para un saltarín de toros, espontánea y alegre.

Pero al reflexionar sobre lo que haría Asterión, lo primero que se me ocurrió fue: "Me impedirá ser saltarín de toros".

Para ellos yo era Teseo el saltarín de toros, de quien se había encaprichado la señora; el favorito que les había salvado las apuestas.

Los amos, caballeros y damas sobornaban para entrar y ver aquello; pero el elogio de un saltarín de toros valía por veinte de ellos.