Caso contrario, no figuraría, ni por soñación, en el Servicio Secreto.

A Arqui no le distraía su hermana, ni por soñación.

De todas maneras, ni por soñación vas a preguntarle nada.

Ni por soñación puede uno imaginar cosa más hermosa.

Tonger le sorprendió una media docena de veces un día sumido en una profunda soñación.

Sus noches eran solamente una prolongada soñación, y sus días no se distinguían de las noches.

No te pido nada, ni por soñación.

El anciano cayó en una soñación profunda y permaneció con los ojos fijos jugando maquinalmente con su cuchillo.

Y al despertar, seguro de que aquella soñación se la procuró el cielo, reunió a sus discípulos y les habló así:

Allí no se concebía, ni en hipótesis, ni por soñación, que pudiesen venir otras criaturas más que aquellas de fina porcelana.

Pero escamonda bien los ojos porque ni por soñación volverás a ver sobre la tierra jardín más hermoso que éste que ves ahora

Con tales planes y designios vivía la señora en constante soñación halagüeña, sin descuidarse en los tratos y negociaciones para concertar la suspirada alianza.

De regreso a mi casa, revivió en mí la idea de que la famosa entrevista fue soñación quimérica o mofa de los socarrones espíritus.

Cuando salió del Instituto, le enchufaron en el Comisariado del Pueblo y ahí ha estado, emborronando papel y sin ver un coche ni por soñación.

Revolvíase en medio de una soñación turbulenta, con los párpados entornados, vuelto el rostro hacia la pared, que reflejaba los inciertos destellos de la lámpara.

El mal de soñación se hizo epidémico, con gravísimos caracteres de fiebre patriótica, al amanecer de aquel día que todos creyeron había de ser glorioso.