El aire estaba cargado con un resplandor tan electrizante como un relámpago.

La llamada fue tan electrizante como un rayo caído del cielo.

El roce de sus labios fue tan electrizante que la dejó sin respiración.

Nunca había hecho nada tan electrizante, de una emoción tan extraña y tan inesperada.

A partir de tan electrizante momento, el viaje fue un puro júbilo y una pura

Era tan electrizante que, cuando por fin estaban solos, apenas les costaba llegar al orgasmo.

Me sonrió afectuosamente, mientras me tomaba ambas manos, y el efecto fue tan electrizante como antes.

La sensación de proximidad era tan electrizante que la impulsó a entrar del todo en el invernadero.

El ambiente se hizo tan electrizante, que Larry y Rosalind sintieron como si sus epidermis recibieran chispazos.

Sin embargo nadie lo notó; esto fue precisamente lo que le inspiró palabras de un influjo tan electrizante.

Hubo un silencio tan electrizante, que podía oírse el tictac del reloj colgado en la pared del salón.

Fascinada por tan electrizante mirada, deseó hacerle más preguntas, pero entonces él se estremeció, haciendo trizas sus pensamientos.

Al final, todos se quedaron sentados en un silencio tan electrizante, que el aire parecía cargado de chispas.

Había sido tan inesperado, tan electrizante.

Viéndolo ponerse el abrigo y coger el paraguas, costaba creer que acabara de ofrecerles una actuación tan electrizante.

Es como si todavía me costara respirar; el cambio fue tan electrizante que me da miedo pensar en ello.