Abril, tan veleidoso como de costumbre; no así la señora Monnerie.

Escucha a tu alma, no a algo tan veleidoso como el corazón".

Demasiado populismo para un país tan veleidoso como Rusia.

El mar puede ser tan veleidoso como una mujer.

Pero al destino, que puede ser tan veleidoso, no le falta cierto sentido de la justicia.

No me fío de un pueblo tan veleidoso.

Trabajar con Levine no resultaba fácil; era tan veleidoso que uno nunca sabía a qué atenerse.

No lo tenía por un hombre tan veleidoso.

No obstante, en un deporte tan veleidoso como este, muchas veces los resultados no respaldan esos anhelos.

El jefe Nass era tan veleidoso como corpulento, y su cambio de actitud hacia los naboos fue espectacular.

Confiaba en que para un hombre tan veleidoso y activo como él la vigilancia fuera tediosa en extremo.

Era tan veleidoso como yo.

Al día siguiente, Strange, tan veleidoso y contradictorio como siempre, se sentía inclinado a lamentar su ruptura con Norrell.

Un hombre tan veleidoso como el gobernador Staffa casi pide a gritos que se le asigne un espía discreto.

Deseaba que se emocionase, que la racionalidad quedase a un lado, y que su corazón -aquellotan valioso y tan veleidoso-hablase con libertad.

¿Siempre soléis ser tan veleidoso cuando se trata de repartir vuestras simpatías?