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Unos músicos del pueblo engalanaron el ambiente con albogues, gaitas y tejoletas.
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Y luego Monipodio, dándose gran priesa al meneo de sus tejoletas, dijo:
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Sonaban fídulas, gaitas, panderos, albogues y tejoletas.
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Te regalaré una bolsa de tierra de la Tierra de Israel y las tejoletas que cubrieron mis párpados.
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8 Job tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura.
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Estaban jugando la tercera, que era la decisiva; ambos campos tenían cinco puntos, y no quedaban más que dos tejoletas para tirar.
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-Noquieren hacer daño alguno -afirmóun comerciante en comestibles, esquivando con destreza una tejoleta que pasó silbando sobre él para estrellarse contra un escaparate-.