Solo entonces, liberado de súbito de mi tullidez, me abalanzo a la baranda.
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Sin embargo, nadie se daba cuenta debido a su tullidez.
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Libre de mi tullidez, me abalanzo sobre la baranda.
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Son muchos los ejemplos de hombres valerosos, de honor, en cuya tullidez se evidencia la entrega y el sacrificio...
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Como engendros tienen que esperar a la oscuridad para que los sensibles ojos del ciudadano no se escandalicen de su desnuda tullidez, ¡necios ingratos!