Un hilo, en efecto, de vapor fuliginoso se elevaba por encima del techo.

En efecto, un tenue vapor fuliginoso se deshilaba en el ápice de aquella chimenea.

Este islote tiene la forma de una taza al revés, del fondo de la cual se escapa un vapor fuliginoso.

Aproximadamente en su centro se abría el cráter de donde se escapaban vapores fuliginosos y humaredas amarillentas.

Más o menos en su centro se abría el cráter, del que emanaban vapores fuliginosos y humaredas amarillentas.

Y al mismo tiempo aparecía la montaña, el volcán de oro, cuyo cráter dejaba escapar algunos vapores fuliginosos.

Al mismo tiempo apareció la montaña, el volcán de oro, de cuyo cráter se escapaban unos vapores fuliginosos.

Vapores fuliginosos estallaron por el orificio.

Hacia el centro, poco más o menos, se abría el cráter, de donde se escapaban vapores fuliginosos y fumarolas amarillentas.