1
Ésa era la visión de la imagen de la gloria de Yahveh.
2
Fraude por fraude, engaño por engaño, se niegan a reconocer a Yahveh.
3
Hizo el candelabro según el modelo que Yahveh había mostrado a Moisés.
4
Rendían culto a Yahveh, según la orden de Yahveh transmitida por Moisés.
5
Por muy viejos que sean ambos, ésa es la voluntad de Yahveh.
6
Que Yahveh te premie por el bien que hoy me has hecho.
7
Hoy, Abraham afirma que escuchó la voz de Yahveh, no la mía.
8
La palabra de Yahveh ha sido para mí oprobio y befa cotidiana.
9
Había cambiado a Yahveh por Marx, pero no había olvidado sus raíces.
10
Así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer a Yahveh.
11
Hoy la entrego en tus manos y sabrás que yo soy Yahveh.
12
Todo esto se amplía más adelante, en Isaías 48, donde Yahveh anuncia:
13
Ellos escucharon la palabra de Yahveh y desistieron de marchar contra Jeroboam.
14
Una risa para creer en las palabras de Yahveh y no creerlas.
15
Al finalizar la jornada, se retiró para hacer las ofrendas a Yahveh.
16
Y a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahveh.
