Con respecto al anabaptismo, me parece haber comprendido cómo están las cosas.
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Y cualquier mención de anabaptismo sería como zarandear un nido de avispas.
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Los Países Bajos eran una charca pestilente de anabaptismo.
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Un hereje muy especial, que contrastaba con los sectores más extremistas y sanguinarios del anabaptismo.
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Ni siquiera saben qué es el anabaptismo.
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Nadie aquí ha conocido jamás el anabaptismo.
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Uno de sus miembros, Vandersteyn, es un mercader holandés, y sabemos que el anabaptismo todavía infecta aquellas tierras.
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Pues Conrad había abrazado el anabaptismo.
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Obviamente, tú sabes más que yo de anabaptismo, y encontrarás aquí claves que a mí se me escapan.
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Esta secta, dedicada al pacifismo y a la sencilla "religión del corazón" propios del anabaptismo original, ha continuado existiendo hasta hoy.
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Cuarenta y ocho horas después le comunican el resultado de su análisis: anabaptismo, una variedad insólita, pero anabaptismo al fin y al cabo.
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Las guerras campesinas, condenadas por Lutero, deben contemplarse en este contexto, así como el anabaptismo, que el reformista suizo Zuinglio fundó en Zurich.
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Después de Münster se supone que el anabaptismo ha sido barrido de Alemania y, desde luego, de Francia, donde nunca ha tenido mucha virulencia.
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Eran obreros que se habían separado de la Iglesia ortodoxa, y el "anabaptismo" representaba para ellos una etapa breve en el camino revolucionario.
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Estableció el comunismo de bienes y la conversión obligatoria al anabaptismo bajo pena de muerte, lo que expulsó a católicos y luteranos de la ciudad.
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Hay tantos anabaptismos como anabaptistas, especialmente después de Münster.