1El jojol a cargo de los caballos bajó su látigo, guardó silencio, y contempló los carros durante un minuto entero.
2Pero cuando se lo dije al Jojol, él, sonriendo irónico, me repuso:
3Le llamaban el Jojol y creo que nadie, excepto Andréi, conocía su nombre.
4Inteligente por naturaleza, capta antes que nadie lo fundamental en los relatos del Jojol.
5El Jojol es terco, y acaba por obligar al mujik a que manifieste su opinión.
6Fíjate en el Jojol: parece de hierro, ¡pero su alma es de niño!".
7Al Jojol, seguramente, le contestaría con largueza y necedad.
8Por la tarde, mientras tomábamos el té, le pregunté al Jojol cuándo hablaba con los mujiks.
9Luego, sentí un dolor quemante en la pierna izquierda; me eché y le dije al Jojol:
10El Jojol lanzó el agua contra la pared, tachonada de ígneas flores, tiró el cubo y dijo:
11-Sehan quemado los libros, dijo el Jojol, luego de un suspiro-
12-Mearrancarán las barbas -dijoel Jojol y presentí que sonreía-.
13Hablaba siempre con el Jojol concisamente, como si hubieran ya hablado hacía tiempo de todo lo importante y complicado.
14Y en tanto escuchaba atentamente la deshilvanada charla de los mujiks, intentaba imaginarme qué iría a decir el Jojol.
15-Perotambién tengo amigos, que lo serán de usted -oigola voz del Jojol.
16Pedí socorro, vino corriendo el Jojol, me agarró de un brazo y me sacó de un tirón al patio.