Con sus nuevos y asombrosos logaritmos, Neper, me ha obligado a trabajar intensamente con la cabeza y las manos.
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Neper había adoptado como base un número trascendental, el 2,7182, mientras Briggs prefirió la base 10.
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Briggs, contemporáneo de Neper, célebre más tarde por su invención de los logaritmos decimales, escribió al recibir la obra de aquél:
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Sin embargo, pudimos experimentar y comprobar que, con su sistema de logaritmos, Neper convertía las multiplicaciones en sumas y las divisiones en restas.
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En muchos textos pueden leerse referencias a logaritmos neperianos o logaritmos de Neper, mientras que en otros se habla de logaritmos de Napier.
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Y es que pocos nombres han tenido en la historia de las matemáticas tantas versiones diferentes: Napeir, Nepair, Nepeir, Neper, Napare, Naper, Naipper...