Los rapabarbas pusieron el grito en el cielo, y apelaron ante el
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Por un lado Santerre, el cervecero, y por el otro Gaston, el rapabarbas.
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Retribuía así con ese "amiguita de mi alma" aquel "duquesita" del "rapabarbas".
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El esclavo del rapabarbas le sonrió de un modo impertinente.
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Un día se lo advirtió un rapabarbas de las afueras.
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Dile al rapabarbas que vaya poniendo las tuyas en remojo.
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Dile que todos los médicos se han ido a Memphis a una asamblea de rapabarbas.
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Eran tales dichos porque el fámulo rapabarbas, le soplaba frecuentemente en la oreja cuentos de traiciones.
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Pidió al rapabarbas la lista de sospechosos, y mandó colgar a quince, intentando con aquel escarmiento contener las deserciones:
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Pidió al rapabarbas la lista de los sospechosos y mandó colgar a quince, intentando con aquel escarmiento contener las deserciones.
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En los viejos tiempos, por cierto, no era mala idea que los barberos practicaran la cirugía en relación a su vocación de rapabarbas.
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Y el rapabarbas le enseñó, orgullosamente, un letrero donde se leía: "Aquí se afeita de gratis a los soldados del pueblo de Madriz".
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Los dos negros se agitaban detrás de él mojándole las espaldas con furiosas rociadas que le hacían estremecer, mientras el rapabarbas procedía a su tocado.
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-Eserapabarbas -Procopiolo miró con desprecio- tampoco era de los mejores.
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¿No va usted a vender la Peluquería Price a un rapabarbas?
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"Ninguno de estos rapabarbas y sangradores pudo mejorarme todavía", dijo rencoroso.