Significados de jactancioso en español

Grecia, Turquía, Austria, Rusia, Italia y Francia lo habían intentado en vano.

La Europa miró a España, y esperó; y no esperó en vano.

Hogan: No hay necesidad de mencionar el nombre del Señor en vano.

En vano luchó con frenética energía en las salvajes elecciones de Irlanda.

En vano he recurrido a todas las reacciones conocidas: ninguna produce efecto.

Rosibel Ramos: Diputados hicieron el ridículo en audiencia del Presidente Comentarios comentarios

Tenía un aspecto sumamente ridículo y parecía convencido de su propia importancia.

Israel y Estados Unidos son aliados, y considerar a Alemania sería ridículo.

Hoy resulta ridículo y absurdo considerarse en posesión absoluta de la Verdad.

Es ridículo haber concedido en su momento tanta importancia a lugares comunes.

El Brasil del poder, singularmente arrogante, es un ejemplo de cierta importancia.

No podemos considerar arrogante su siguiente movimiento porque demuestra sensibilidad y tacto.

Esta práctica arrogante y deshonesta no es característica particular del gobierno dominicano.

Por ello no era sorprendente que su respuesta fuese arrogante en extremo.

Quizás he sido demasiado arrogante, mostrándome demasiado segura Je mis propias decisiones.

Cabe pensar que la propuesta fuera un farol por parte de Antonio.

Un farol implica pérdida de control, dependes de la respuesta del otro.

Se trata de un farol del que nosotros mismos somos las víctimas.

Si no se tragaban el farol, igual era necesario intensificar la situación.

Naturalmente, aquello era un farol, pero tuvo unos efectos demoledores sobre Tomita.

Un presidente incapaz de reconocer sus errores ante los ciudadanos es soberbio.

Al contrario, era majestuoso en sus proporciones y soberbio en su economía.

Pero era demasiado joven y soberbio para rechazar un reto como aquel.

Tus hombres y tú habéis hecho un trabajo soberbio en breve tiempo.

Las novelas de Thomas Hardy ilustran esa condición logrando un soberbio efecto.

Sin duda la libertad tiene allí un trono en cada espíritu altivo.

Demasiado altivo y, sin embargo, demasiado ignorante a pesar de sus estudios.

No obstante, el tono altivo y adoctrinador suscitaba sus respuestas más infantiles.

Antes de ser altivo hay que saber bien con quién debemos enfrentarnos.

Morel guardó un altivo silencio y propuso solamente una partida de naipes.

A veces insoportable, también es cierto; un engreído como he visto pocos.

El mercado de los teléfonos inteligentes tiene ya a su nuevo engreído.

De todo mi organismo, mi mano izquierda es el miembro más engreído.

Pero era también engreído y afectado en sus relaciones con las mujeres.

Pero algo le sacaremos; es demasiado engreído para reservarse lo que sabe.

Era necesario acabar con aquel petulante que sin duda era un hipócrita.

Sería petulante expresar opiniones personales ante todo un fiscal por oposición -aseguré

Admito que la confianza de los científicos naturales parece a veces petulante.

No habría podido soportar la petulante satisfacción de Raistlin, sus comentarios sarcásticos.

La indiferencia petulante de Nero hacia su propia situación le parecía exasperante.

Pero en ningún modo se trata de un pelele o un fanfarrón.

Por otra parte, ¿por qué dar importancia a un fanfarrón de paso?

En aquella ocasión representaba la imagen del típico guerrero fanfarrón de Fenris.

Nunca se hablará lo suficiente de ese aspecto fanfarrón de los judíos.

Los británicos siempre han tenido a los norteamericanos por un pueblo fanfarrón.

Eres un bocazas, cuando se trata de asumir las consecuencias, te rajas.

El único error fue encargar el caso a un bocazas como Clavel.

Es un bocazas y esos no son capaces de ocultarse demasiado tiempo.

Un bocazas de Ateneo; pontificaba su sabiduría y su visión de lince.

Debimos sustituirlo por otro general menos bocazas cuando todavía estábamos a tiempo.

Los habitantes de la población despedían a las naves de modo altanero.

El conserje tenía el aspecto altanero y semiaristocrático de un mayordomo inglés.

Trata a su sirviente como a un extraño y de modo altanero.

Lorenzi, sin mirarlo, respondió con tono altanero, difícilmente apropiado en su situación:

Yo tuve la impresión de que su altanero espíritu se hallaba humillado.

Anton introdujo rápidamente los datos, luego pulsó Enter con un ademán ostentoso.

En las muñecas llevaba encaje de calidad aunque discreto, en absoluto ostentoso.

Y había conseguido lo imposible: parecer ostentoso en un lugar como Hlanith.

Piper, con aspecto relajado pero serio; con un discreto traje nada ostentoso.

Un poco ostentoso y no precisamente cierto, pero impresionó a los taanes.

Estaba claro que Emma no dejaría sin respuesta un comentario tan fatuo.

Colombia es corpórea, una tierra, un país; el destino, un viento fatuo.

Tenía a disposición de aquel fatuo algo reciente que colmaría sus exigencias.

Y de nosotros depende que sea realidad o desaparezca como fuego fatuo.

Un fuego fatuo puede desaparecer a los pocos minutos o durar horas.

Todo cuanto esos filósofos escriben no es sino juego vacuo de palabras.

La reiteración produce esos efectos en el infantilizado y vacuo mundo actual.

Porque al principio fuiste oscuro en el seno vacuo de la luz

A ella, por el contrario, todo aquello le sonaba a vacuo sonsonete.

Hablaba con un par de jóvenes y su rostro aparecía desdeñosamente vacuo.

Desde el punto de vista del farolero era una respuesta bastante sensata.

Ezio subió rápidamente la calle en dirección a donde estaba el farolero.

Pero en el fondo no era mucho más que un farolero incompetente.

Era un farolero, como se podía deducir por el palo que llevaba.

Ya es casi de noche y el farolero está terminando su ronda.

Había tenido experiencias en lucha de cachorros y ya era algo valentón.

Estaba valentón en el envite; llegaba con la fuerza de una surada.

A pesar de su aire de valentón, Forest era todo un profesional.

Una sonrisa de satisfacción se pintó en el rostro del lenguaraz valentón.

Las bromas groseras del valentón hacían rugir de risa a la concurrencia.

Aquellos solo quieren cambiar de administradores, ponerle a un cuentero por otro.

Se tiene que ir acostumbrando de a poco a tu vocación de cuentero.

Pero... "hoy no faltará" le había dicho el camarero alcahuetón y cuentero.

Eso es una invención del cuentero periodista radial cusqueño Raúl Montesinos Espejo en 1973.

Mirandão, como quien no quiere la cosa, cruzó la calle en dirección al cuentero.

Un baladrón, de esos que tienen tantos jemes de lengua como pocos

Su Eminencia tenía sesenta y seis años y era un baladrón.

El caporal choteaba baladrón, por divertir y asegurar a su gente.

Perdonavidas, valentón y matasiete; baladrón y bocazas que se jacta de su valentía; milhombres.

Como un baladrón indomable se acercó hasta el templo satánico.

Y ahora..., ni fachenda, ni provecho, ni orgullo, ni labranza; al agua todo.

Reflexionó: "No es fachenda, sino solo cuestión de disciplina y sentido común".

Ya no tenía su facundia y fachenda habituales y lanzaba en derredor miradas furtivas.

Era, según su opinión, lo que los niños llaman un "fachenda".

Pero el fachenda reunía las condiciones, incluyendo el hecho de que había vivido en América.

A un metro del pie del farolón, Asunción, las manos en bocina, grita:

Y la brisa volvió a hacer bailar, suavemente, el antiguo farolón del porche.

Valentín está mirando la ciudad, apagada para él en el farolón.

Tiene un zaguán con un farolón en el centro, anchas cámaras y un patio.

Aparcó junto a ellos y se encaminó hacia el pórtico, iluminado por un farolón.

El chulo volvió a teclear, con un postinero entorne de párpados:

El Niño de Gloria, con el capote al brazo, hizo un quiebro postinero:

Llevaba gafas oscuras y un traje de lo más postinero.

Y estaba lo que se dice irremediablemente solo, incluso con mi abogado tan postinero.

Fumaba un cigarrito postinero, de color azul y filtro dorado.

El coro benévolo y cacareador de las vecinas rodeó a Antonia.

Penetró en el gallinero en busca de otro forcejeante cacareador.

Bacbac el ciego, un cacareador hinchado, es mi tercer hermano.

El gallo subió a la mesa de un salto, dispuesto a pelear con el loro cacareador.

El matador del Che es gallo cacareador, hombre de tres huevos, cien mujeres y mil hijos.

En el campo de la exageración literaria, Daniel Baciagalupo era un exagerador nato.

Los dragones fantasma luchaban sobre su cabeza, Rahu el exagerador y Ketu el bloqueador combatían para dominar su corazón.

En aquella época se hizo alegre y conversador, amigo de la estupidez, blando y sentimental; se exhibió concluido, exagerador de su vejez.

No deseo en modo alguno que se me cuente entre los exageradores de la excelencia china.

Los exageradores son los inertes de su época.

Con los frailes es alabancioso.

Sobre todo ello calla el escritor como callan los controladísimos periódicos, emisoras y canales de televisión en su mareo alabancioso y deificador del sátrapa.

Le dio una alabanciosa mirada, tan evidente que casi se diría libidinosa.

El pobre convaleciente asentía sin ningún entusiasmo a las alabanciosas explicaciones de su mujer.

Había risas alabanciosas entre el funcionariado.

Pero, a diferencia de Olepi, jamás apuntaba la jactancia en el rostro de Ahbleza, ni siquiera la pintura blasonadora.

Blasonador y embustero, había hecho creer a la gentuza que él era quien había cortado el cuello al gobernador de la Bastilla.