En el plano espiritual, la palabra bodega tiene un sentido místico preciso.
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Uno se pregunta cuándo y cómo se podrá rescatar de aquella bodega.
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Él tampoco podía esperar más tiempo con aquella carga en la bodega.
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Si ha ocurrido algo en la bodega, la carga es su competencia.
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El primer problema surgió con las puertas de la bodega de carga.
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Han desaparecido alimentos de la despensa y hasta animales de la granja.
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Había dicho lo cierto: los contenidos de la despensa eran deprimentemente vulgares.
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Asimismo, posiciona al Perú como la despensa de alimentos para el mundo.
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Los cocineros habían pasado por la despensa y dejaron muchos productos desordenados.
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Además, por lo que he visto no resultaría difícil vaciar vuestra despensa.
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No es fácil aportar datos actualizados, ha explicado Cilla a este respecto.
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Cilla reía entre dientes al abrir el papel doblado con una petición.
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Barbara le contó sus conversaciones con la señora Baden y Cilla Thompson.
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Al principio quiso llamar a Cilla para contárselo, pero cambió de opinión.
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Vayamos a buscar algo de vino y a sonsacarle información a Cilla.
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En todo caso sí se vieron afectados un galpón y un hórreo.
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HansJürgen lo había conducido de regreso al hórreo en un silencio ominoso.
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Huéspedes son del hórreo, los únicos que éste tolera en su seno.
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Alguna vez habíamos subido juntos al hórreo, pero no era algo habitual.
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Me acerqué al hórreo y cubrí la sierra circular con una lona.
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No había un asiento libre en la larga y semioscura sala, antiguo alfolí.
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Avilés comportaba el alfolí de la sal, que daba una renta de medio millón de maravedís al año.
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Repiten con fervor las palabras: Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta.
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Luego volvió a decir: "Allegad mi trigo en el alfolí"; y entonces muchos fueron arrebatados por las nubes, pero yo quedé donde estaba.
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En virtud de su derecho "eminente", que le permitía todas las apropiaciones, el rey era también propietario del alfolí, o impuesto sobre la sal.
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Aumentó el consumo y en consecuencia bajaron los precios, de modo que se pusieron en explotación nuevas salinas y alfolíes.
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Necesitamos sal, mucha sal, así que enviad un emisario a los alfolíes del norte y que la consiga al precio que sea.
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Absorto, sus pasos le condujeron a la plaza de la Alhóndiga, donde se encontraban los almacenes de grano y legumbres, los alfolíes.
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Las sumas enviadas sobrepasaron los presupuestos, los alfolíes se vaciaron y las cosechas de los últimos años no han ayudado como fue nuestra esperanza.
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"Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta.
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¿Y si aún estaba en el alfolí, el depósito de grano de El Cairo, linda y ociosa a más de doscientas lenguas de allí?