Compró sahumerio y armó un altar con la imagen de la Virgen.

Administradas en sahumerio provocan las sofocaciones de matriz y expele las secundinas.

Los salones son amplios y hay un dejo de aroma a sahumerio.

Echamos de menos la fajazón, el beodo, la candela y el sahumerio.

Lo abrió y acercó el sahumerio a la llama de la antorcha.

Mi presupuesto para sahumerios es bastante justo, no puedo andarme con lujos.

Había cuatro pebeteros donde se quemaban esencias aromáticas, a modo de sahumerios.

Mientras estiraba su discurso, la Reina de Saba encendía lámparas y sahumerios.

Ella era experta en remedios caseros, sahumerios y cosas de ese tipo.

Y entre ayunos, sahumerios e invocaciones a la luna, Ali Tariq improvisa.

El mancebo, con sencilla firmeza, hizo señales negativas al requerimiento de incensar.

Y yo, querida Guadalupe, no me siento capaz de incensar a nadie.

Lunatcharsky fue uno de los primeros que empezaron a incensar la autoridad de Zinoviev.

Si lo que pretendes es incensar mi vanidad, me matas.

Porque en verdad nada hay en ti para incensar.

Y sin embargo, fue incensado en vida, antes de alcanzar la madurez.

Cuanto había sido vilipendiado la víspera era incensado al día siguiente.

Nunca en mi vida había incensado con tanta alegría y satisfacción como hoy".

El policía quedó incensado y asfixiado al mismo tiempo.

Gerhard fue incensado y rociado con agua bendita.

Qué pasión tildada hoy de vicio o monstruosidad no fue entonces cantada, incensada, deificada.

Prepararlo era una ceremonia incensada por el olor de la canela, las guayabas y los tamarindos.

Se quita las lagañas del ojo con un pulgar y procura seguir la estela dulzona e incensada del grano tostado.

Aplaudida, besada, tocada, incensada, la humilde Astilla palestina, que muchos creen parte del patíbulo de Jesús Nazareno, fue entronizada en la catedral.

Al punto descubrieron a Santa, incensada por un puñado de príncipes sin trono que formaban regia corte de corbatas blancas y casacas de etiqueta.

Harán incensaciones y solamente bailaremos cuando se suban los panes de bledos.

Harán incensaciones y solamente bailaremos cuando se usaban los panes de bledos.

Luego, hubo otras dos horas de pompa soberana, la misa cantada, con las incensaciones.

Las ceremonias de las visitas, las prosternaciones, las invocaciones, las incensaciones y todo lo demás no fueron inventados por Mahoma, supongo.

Reposan juntos, incensados, rociados de agua bendita, con los candelabros rituales junto a la cabeza y los pies.

El aire olía a flores, a ortiga, con fragancias que le transportaron a los pasillos incensados de la Ciudadela.

No verlos avanzar... Primero, Antioco, seguido por Tyché y los demás Inmortales, envueltos, acariciados, incensados por los vapores de hielo.

Para purificar la boca, las plañideras mascaban natrón, luego eran incensadas.

Allí de pie, en las sombras incensadas, contemplando los cuerpos largos y estrechos de los santos, era ella una infractora.

Uno de los monjes incensó ampliamente al crucifijo y entonaron un salmo.

Después se detuvo junto a Salustiana, también la incensó y la bendijo.

El soberano iluminó por primera vez el naos y lo incensó.

El rito finalizó cuando Juan Pablo II incensó a la Virgen ya coronada.

Llegó el cortejo al camposanto, se incensó el ataúd de nuevo.