Era el momento de que Merk hiciera algo bueno en el mundo.

Merk había elegido atacar a este zoquete primero para conseguir un escudo.

Hubo un gemido y Merk sintió al zoquete sacudirse en sus brazos.

Merk miró la aflicción y el deseo de venganza en sus ojos.

Era el tipo de lugar que Merk esperaría ver en un sueño.

Merk continuó caminando hasta que el líder, furioso, no pudo esperar más.

Merk sintió una descarga de adrenalina mientras bajaba corriendo por la colina.

Merk pudo haber sido un caballero, un famoso guerrero como sus hermanos.

Todos atacaron a la vez y Merk se quedó ahí, esperando, relajado.

Merk bajó la punta de su espada hacia el cuello del hombre.

Merk pensó en ello; por lo menos era una respuesta honesta.

Merk corría a un paso constante sin cargar ningún arma; y sin necesitarla.

Merk le regresó la mirada sin saber que decir en el silencio tenso.

Merk respiró, y en el silencio que ahora se presentó debatía qué decir.

Sostuvo el arco con brazos temblorosos y apuntaba directamente hacia Merk.

Merk se preguntó que tendría que hacer para anunciar su presencia.