Creo que era un pichabrava y me temo que un poco oligofrénico.

La insensatez, la otra noche, de presentarme en un oligofrénico debate televisivo.

Imagíneselo al oligofrénico de Sicora, por poner un caso, charlando de literatura.

Creí que podía redescubrirlas, ensalzarlas, pregonarlas; las regué con lágrimas de oligofrénico romántico.

Yo no sé qué clase de mono oligofrénico pone estos nombres.

El oligofrénico capitán reveló la primera de la siguiente manera:

Nadie diría que Manuel no era un oligofrénico sin remisión.

Jefe de recursos humanos, la verdad es que estaba muy bien para un oligofrénico.

María Luisa sabía que Carlos II era memo y oligofrénico.

Ahora, casi todas las familias tienen su idiota, su oligofrénico, escondido en algún sitio.

El señor Hergberz me miró con aburrida condescendencia, como quien habla con un oligofrénico, y explicó:

Caí del guindo con sensación de gorrión oligofrénico.

Nada, completamente inútil, como un oligofrénico aprendiendo cálculo.

Si Mavis iba a tratarle como a un oligofrénico adulto, se sentía inclinado a comportarse así.

Mi comportamiento de oligofrénico cabal había provocado que el diálogo se estableciese entre el inspector y yo.

Lo dejó estar; no valía la pena averiguarlo, era como preguntarle a un oligofrénico cómo se encontraba.