1
No es el pecador quien debe medir la importancia de sus faltas.
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Si pensar tales cosas era un pecado, él sin duda era pecador.
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Nadie, santo o pecador, escapa al sufrimiento, que resulta inevitable por naturaleza.
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El pecador, sin embargo, no había aparecido para asumir su justo castigo.
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Eso abre la investigación hacia un escenario sobre el castigo al pecador.
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Y en tales casos, el abuelo no distinguía al justo del pecador.
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Pero es necesario que el mismo pecador pida para sí el castigo.
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No niego mi deseo personal de volver el pecado contra el pecador.
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El beneficio debería bastaros para comprar al mejor pecador que haya existido.
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Inquirió entonces del padre Killarly sobre los resultados escolares del joven pecador.
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Una cosa es segura: el padre Olivier era, sin duda, un pecador.
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Intuimos que, al luchar contra el pecador, luchan contra su propia tentación.
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La moneda perdida está destinada a representar al pecador errante y descarriado.
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Había sido el puerto más pendenciero, ruidoso y pecador del mundo occidental.
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Si yo tuviera ideas religiosas diría que he sido un gran pecador.
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En resumen, representaba a la Iglesia renovándose eternamente; pero también al pecador.
