1Ahora despertarse con sus criaturas y dolerse de ellas parecía más natural.
2No podía dolerse por lo que él fuera o podría haber sido.
3Sin duda, para dolerse del mal ajeno, es preciso conocerlo, pero no sentirlo.
4Pero sí podía dolerse por sí mismo, el único dolor posible.
5Más que sonreír, Martita parece dolerse de una espina clavada en la encía.
6Jesús suele dolerse de las colinas de Sión en sus imprecaciones:
7Ahí habría de dolerse, rezar y soñar con los viejos días.
8Más que lamentarse y dolerse, necesitaban carne, abarrotes, misas, cuchillos afilados.
9Y la capucha del Exterminador al dolerse... bramó con un siseo.
10Un pelo del que lamentarse, del que quejarse, del que dolerse.
11Se sentó en la cama, bostezando hasta dolerse, rascándose la cabeza con furia.
12Parecía dolerse al usar la palabra "terminado", como si esto lo humillara.
13Y es peor dolerse de una ilusión perdida que no haber conocido la esperanza.
14Siempre estuvo presente cuando lo necesitamos, y no pareció dolerse cuando no lo quisimos.
15No solo ella a dolerse; también sus hijos y todos los que les sucedieren:
16Quería dolerse con ellos, y en cierto modo también felicitarles.