Todo en este lugar era dulcedumbre, plena y sabrosa madurez y suprema voluptuosidad.
2
En la plácida dulcedumbre del verano me senté con él en la arena.
3
Inclinada hasta él tenía algo de maternal, algo de dulcedumbre desconocida.
4
Aquél era uno de los momentos que llenaban de dulcedumbre sus horas de soledad.
5
Amaba la sencillez de la muchacha, su dulcedumbre, su alegría sosegada y su compostura.
6
A lo lejos balaban los rebaños y una infinita dulcedumbre parecía cernerse sobre la tierra.
7
Su voz apagada, llena de dulcedumbre, no parecía humana.
8
El tipo tenía un olor raro, a dulcedumbre, a pobredumbre, agg, ¿no lo notaba ella?
9
Y quien los ha gustado sabe el precio de la vida y la dulcedumbre de abandonarla.
10
Empleaba, verbigracia, "dulcedumbre" por "dulzura", o "albigualda" por "amarillento".
11
Me habla con una dulcedumbre enloquecedora.
12
Todo en el poder amatorio del vizconde consistía en la mirada, en la dulcedumbre quieta de la mirada imploradora.
13
Hubo entre aquellas religiosas algunas de singular virtud, cuyos tiernos coloquios convirtieron insensiblemente en dulcedumbre los sinsabores de su vida.
14
Sentí que aquella dulcedumbre me incendiaba y desabroché ávidamente su chaqueta, introduciendo mi mano bajo la tela de su camisa.
15
Son frutos que regamos con nuestra sangre y cuidamos con nuestros desvelos, y que, en la madurez, no guardan para nosotros su dulcedumbre.
16
Y lo reconocí también en la infinita dulcedumbre del viento que movía los flecos de los toldos del lado de enfrente de la calle.