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Por la inexperiencia que había demostrado, sin duda era un simple grumete.
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A los doce años, el grumete no tenía sentido de la educación-
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Stubbins levantó la linterna; vi más claramente quién era: Jacobs, el grumete.
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Y ahora, rememorando aquellas palabras, el joven grumete sonreía para sus adentros.
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La joven cambió su foco de atención y se dirigió al grumete:
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Por otra parte, sus relaciones con nuestro grumete eran en extremo frecuentes:
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El grumete mojó el cepillo en el cubo y restregó con energía.
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En ese momento, el grumete Guachalá cayó al agua y se hundió.
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Cuando consiguieron llevar al grumete a bordo, éste apenas podía articular palabra.
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Antes de mediar ningún comentario, el grumete llegó haciendo rodar un tonel.
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El grumete que estaba sobre la batayola mantenía en alto el carretel.
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Si esto es cierto, Colón podría haber comenzado su carrera como grumete.
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El piloto y un grumete se encontraron en ella sin saber cómo.
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Destacaba también en la goleta, el grumete, por su juventud y pasado.
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El barco de vislumbres que un grumete trae de vuelta a puerto
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El grumete, Mateo, lo había acompañado; no encontraron rastro de su cuerpo.
