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Por cierto que es un judío converso y nos ha ayudado mucho.
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El humo del tabaco hacía al judío converso más locuaz y osado.
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Su verdadero nombre no es Roosevelt, sino Rosenfeld, un judío converso.
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Bernardo Díaz, un judío converso, poseía el aspecto más raro que puede darse.
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El judío converso estuvo hasta entrada la noche curando las heridas de Régine.
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De hecho, se contaban entre sus tripulantes extranjeros y hasta algún judío converso.
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Más adelante, si persistes en desearlo, podrás ser un judío converso.
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También sabréis que soy un judío converso... -dijoPedro con brusquedad.
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Y para demostrar esto último estaba el judío converso Isaac Zacut, médico del espíritu.
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Es posible que no hubiera ni un solo judío converso entre sus ilustres antepasados.
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En principio, un judío converso al catolicismo puede ser tan buen católico como cualquiera.
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Morayma observó que la cara de María se dulcificaba al recordar al judío converso.
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El primer Inquisidor General de Castilla y Aragón, Tomás de Torquemada, era un judío converso.
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Le molestaba un poco que fuera un judío converso.
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Contrataron a un judío converso que residía en Osuna.
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La concesión fue otorgada a un magnate de Varsovia llamado Wallenberg, judío converso al catolicismo.
