Sin embargo, en cuanto la diosa se alejó empezaron a chillar nuevamente.

Habría podido chillar para pedirles ayuda, pero ya no tenía ningún sentido.

La señora Townsend se sintió en ese momento demasiado aterrorizada para chillar.

Tampoco podían chillar, porque todavía les duraba el efecto de lo otro.

Le habría resultado imposible no chillar por el impacto de la descarga.

Por fin, con un hilo de voz, la señora Péricand consiguió gemir:

Hay unas cincuenta mujeres de mi raza que tienen motivo para gemir.

Tampoco Togo aguantaba más: en cuanto lo tocaba, se ponía a gemir.

Después volvieron a gemir cuando Rakel se enfrentó a su siguiente responsabilidad.

Y dejad ya de gemir y mostrad un poco de agradecimiento, señora.

Tal vez, sin embargo, no es cuestión de ladrar a la luna.

Comenzaron a ladrar y revolverse de tal forma que fue necesario atarlos.

Pero su situación no era nada buena: no podía ladrar ni morder.

Había aprendido a ladrar de un modo que divertía mucho al soberano.

Los perros empezaron inmediatamente a aullar y ladrar, armando un escándalo terrible.

Porque este continuo gruñir no es más que una cuestión de costumbre.

Harry Pelham carraspeó varias veces antes de gruñir una respuesta apenas audible.

Había venteado una presencia insólita y comenzaba a gruñir de modo amenazador.

Sin duda eso era lo peor: no poder gruñir, morder o aullar.

Por último, el representante de la Nación se dignó hablar o gruñir

De momento aún no había oído rugir ningún león desde esa dirección.

Por unos momentos se oyó el rugir de varios motores de automóvil.

Unos momentos más tarde se produjo un rugir ultrajado en el callejón.

Apenas había encontrado la posición más adecuada, cuando oí rugir al cíclope:

El rugir y el crepitar crecía, y Johnny gritó la siguiente pregunta:

Muchas de las personas que sufren esta condición médica suelen roncar sonoramente.

No volvió a abrirlos; al cabo de un momento comenzó a roncar.

Para dejar de roncar se requiere asesoramiento, evaluación diagnóstica y tratamiento adecuados.

Louis se había quedado inmóvil, e incluso había intentado roncar un poco.

Cuando una persona duerme, suele roncar, gimotear, los más incautos incluso hablan.

Lo necesitamos a rabiar, en el sentido más propio de esta palabra.

El comisario no se resiste al deseo de hacer rabiar a Felicia.

Y ver a los neofascistas rabiar en sus escaños merece la pena.

Otros lo tendrán para rabiar y eso también forma parte del fenómeno.

Claro -añadía ,parahacerme rabiar-que tampoco creo que se perdiera demasiado.

Escucharon el ulular de un búho y la inmediata respuesta de otro.

Escuchó a lo lejos un momento: oía el ulular de una sirena.

Más coches patrulla subieron por el camino con un ulular de sirenas.

Estoy seguro de que oigo ulular a un búho a lo lejos.

Incluso con el creciente ulular del viento se oyó un satisfactorio chasquido.

En medio del tronar, se difundió la orden de alto el fuego.

En efecto, el día 2 empezó a tronar con una violencia extrema.

Pero el tronar de nuevas armas se percibía cada vez más cerca.

No había terminado de decirlo, cuando oyó un lejano tronar de cañones.

Miles de hombres que, al caminar al paso, hacían tronar la tierra.

Apenas había escrito un par de líneas cuando oyó vociferar al francés.

Veamos a cuál de ellos logramos hacer vociferar hoy con más fuerza.

En cuanto fue posible hablar sin tener que vociferar, lady Laaj preguntó:

Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:

Más disparos de advertencia y la multitud empezó a vociferar en respuesta:

Lucinda cesa de berrear; instintivamente conoce su movimiento al desprender el corpiño.

Creo que voy a empezar a berrear de un momento a otro.

Me preocupa lo bastante como para gritar y berrear durante una semana.

Cinci tiene la tentación de berrear para sobresaltar a todo el mundo.

Helen había dejado de berrear y ahora estaba callada en sus brazos.

La mayoría de la población no dejaba de bramar con las acusaciones.

La mar puede amanecer mansa y bramar al anochecer con alaridos agónicos.

A modo de respuesta, la buena mujer empieza a bramar una cruel

Empezó a bramar como un búfalo cuando al fin descubrió lo ocurrido.

No le quedan fuerzas ni para respirar violentamente y bramar su pena.

Otro peligro es que a Margarita se le ocurra empezar a mugir.

Cincuenta metros más allá se oyó el lúgubre mugir de las sirenas.

Los niños aullaron de placer y comenzaron a mugir a su vez.

Balbuceaba como un beodo, gorgoteaba como un toro a punto de mugir.

Marchaban a paso ligero cuando, de repente, oyeron a una vaca mugir.

Al cabo de un breve segundo, la placa eléctrica empezó a bufar.

Agrícola estuvo a punto de bufar ante esa salida, aunque se contuvo.

La orilla a tramontana la esperaba con el bufar de sus edificios.

Katey estaba a punto de bufar, pero James regresó a su historia.

Athanasios volvió a bufar, revelando que seguía prestando atención a la conversación.

Los oía gañir, se desplazaban apenas mientras esperaban la señal del alfa.

Los perros que esperaban para pelearse por sus excrementos empezaron a gañir.

Siona le oyó gañir, y supo que el lobo la había divisado.

Orph miró alternativamente el cubo y a Bauer, y empezó a gañir.

El animal la contempló con sus ojos caídos y volvió a gañir.